Sueltos: visto y leído.

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En ocasiones me fijo en "cosas" normalmente breves, sin apenas entidad pero que transmiten mensaje, uno o varios recuerdos, por ejemplo:

En un suplemento dominical (Magacin) del 9 de noviembre: "Twist" de John W. Wilkinson.
Los guiones -a modo de emparedado- en cursiva son las cosas que me vinieron a la cabeza en el momento de la lectura.

¿Se acuerdan del "Come on, baby, let´s do the twist...", de Chubby Checker? Quizá a todo el mundo no le suene -pienso que no, primero del inglés estamos cortitos, de Chubby solo me estimula la "Guerra de las Galaxias, aparece el secundario peludo en compañía de Han Solo-, pues la canción data del lejano 1960 -pues vale tenía dos añitos-, pero el twist, el baile, sí que debe de resultar familiar a todos -acabáramos..., tal que a una de mis tías puesta en faena para enseñarnos como se bailaba-; y al ejecutarlo, uno ilustra el significado de esta palabra, que es enroscar, girar o dar vueltas -evidente, no paras-. Luego está Oliver Twist -algo más viejo, pero leído hace ya tanto tiempo-, aquel entrañable personaje de Charles Dickens cuya azorosa historia abunda preciamente en Twist (giros inesperados), Bob Dylan, en Simple Twist of Fate, se refiere a una de esas extrañas vueltas que da la vida -vale, pero me quedo con ganas de más pues el inglés me lo pone difícil, con tiempo lo miramos en Internet-. Por desgracia, aparecen cada día en las noticias escalofriantes historias protagonizadas por personas con twisted minds (mentes retorcidas) -ya lo entiendo, en mi curro ni te cuento, batimos toda previsión-, y ocasionalmente vemos las imágenes -pues no, la televisión la tengo como ausente desde hace tiempo- del paso devastador de un twister -pero si que he visto la peli- que es como se llaman a los tornados en EE. UU. Ah, y un togue twister es un trabalenguas -como el que se harán al leer este "suelto", eso es seguro-.