País: Estados Unidos, 2000
Tras ese pacifismo y cierto desinteres inicial por los acontecimientos, no le queda más remedio cuando la Historia toca en la puerta que abrirla, como no lo hace será el destino quien se lo ponga fácil, nada de principios y finales felices, en las guerras todos perdemos y si resulta ser una guerra civil se pierde mucho más.
Las escenas de batalla son descriptivas, puro canto al honor y el olor a pólvora, escenas bélicas despiadadas, pero sobre todo ello el valor de nuestro incansable protagonista.
Memorables son muchas escenas, pero particularmente me quedo con la de fundir los soldaditos de plomo para hacer las balas que darán cumplida cuenta de los responsables de la muerte del pequeño que jugaba con ellos.
Algunos dicen que a ratos se parece a William Wallace, pero yo creo que más a Mad Max aquel otro guerrero del asfalto futuro. La película guarda cierta similitud temática con ambas, ambientadas en otras épocas y en otros lugares, cuentan con una trama muy similar: Mel Gibson (ahora en Braveheart) comienza a luchar cuando su amada Murron McGlannough (Catherine McCormack), con la que se había casado en secreto, es asesinada por el Sheriff de Lanarkmuerte (¿nos suena?). mientras que en Mad Max nos ocurre otro tanto de lo mismo.
Vamos un Mel Gibson en estado puro y llevado en el Patriota a la cima de la montaña con ondear de bandera incluido, Mel Gibson está mejor que en Braveheart y mucho más actor que en Mad Max.
Creo firmemente que el mayor logro de esta película radica en los actores secundarios, son la clave para las abundantes secuencias en las que se desatan las emociones.
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