Collaciu que estás ausente.

Esto es un sencillo homenaje/recuerdo por un "collaciu" que ya no está. 

Este primer texto es una pooesía tal cual la he leído, con una imagen sencilla. 

Te fuiste en placidez y de repente,

como si tú lo hubieras elegido;

no te absorbió la muerte, te has dormido,

y no madrugarás, amigo ausente.

Tampoco envejeciste; en tu vertiente 

la avalancha del tiempo no vivido

se detuvo en su avance, sin más ruido

que las hojas de otoño en la corriente.

No llegaste al invierno que temías,

demoledor de formas y energías,

tú, galán de perfiles y deseos. 

En tu sueño perenne ahora sonríes…

Sin haber sido mártir, cien huríes

añadirán su gloria a tus trofeos. 

Soneto Nº 1649

Los Ángeles, 6 de marzo de 2007

Escrito por:

Francisco Álvarez Hidalgo

Este segundo aporte es una adaptación libre de un texto escrito por José Martínez adaptado a mi estado actual de ánimo al recordar al que / a los que ya no están entre nosotros.

NO TE PUEDO DAR MÁS DE LO QUE TENGO Y LO QUE TENGO ES TU AUSENCIA

( José Martínez )

  

Anoche, me fui a caminar y solo podía pensar en tu ausencia.

Después de un rato caminando por la ciudad en soledad pensaba que "no te puedo dar más de lo que tengo y lo que tengo es tu ausencia". Así me encontraba, los pies no me llevan a sitio alguno y mis manos están vacías, nada que expresar, nada para dar, solamente sentir tu ausencia. Mi corazón vuela buscándote, no deseo olvidarte cada día un poco más. Pienso en los amigos y conocidos, en la gente que te importaba y me importa, la que nos importa y lo solos que nos sentimos.

A unos les escuché decir que han perdido un amigo, otros que no te encuentran, que no te sienten…, o que no llegaron a conocerte.

Pero caminando y pensando… todo termina por llegar, precisamente por reducirlo todo a esperar, sin intentar ir más allá.

Caminando veo y siento como quienes ven el amor de un amigo delante de sus narices y no son capaces de percibirle, abrirle las puertas.

En ese vagar como ausente noto grupos de amigos y parejas solitarias que no pueden dejar de observarme, de observarte sin verte a mi lado, como siempre.

En fin, caminando solo por las calles de mí ciudad te siento a mi lado y me siento un  poco más en compañía.

Quizás, debamos solo caminar, recuperándote, sin aparentar que te sentimos, y sobretodo, recordándote. 

Tu ausencia me llena y con ella descubro tu presencia.

Sacado y arreglado de una idea de este poeta:

http://club.telepolis.com/momento/